Publicada: Lunes, 14 de Septiembre de 2013

Reunión Científica de Septiembre:

Intervenciones Psicológicas en Enfrentamiento del Dolor, Enfermedad y Muerte

Las destacadas psiconcólogas Cecilia Cantele Cabré y Daniela Rojas Miranda hicieron interesantes exposiciones sobre sus experiencias de intervención psicológica como parte de equipos especializados en el tratamiento integral del dolor, específicamente en casos de cáncer.

Las psicólogas Cecilia Cantele Cabré y Daniela Rojas Miranda, junto a la Dra. Marisol Ahumada, Vice-Presidente de ACHED (al centro). Las psicólogas Cecilia Cantele Cabré y Daniela Rojas Miranda, junto a la Dra. Marisol Ahumada, Vice-Presidente de ACHED (al centro).

En la reunión científica de septiembre se presentaron dos exposiciones sobre intervenciones psicológicas como parte de un tratamiento integral y multidisciplinario del dolor y en el enfrentamiento de enfermedades graves como el cáncer y de casos de muerte inminente.

La Dra. Marisol Ahumada, Vice-Presidente de ACHED, inició la reunión enfatizando la importancia de un trabajo en equipo multidisciplinario en las unidades de cuidados paliativos. Destacó que la intervención psicosocial es un pilar fundamental en el manejo del paciente con cáncer y de su entorno familiar.

El Paciente y su Entorno
La psico-oncóloga Cecilia Cantele Cabré, asesora de la Comisión de Psico-oncología de la Unidad de Cáncer del Ministerio de Salud, en su exposición “Intervenciones Psicológicas en el Final de la Vida” definió la intervención psicológica como “una relación entre una persona que necesita ayuda y otra que la ofrece, estando apta para dar ayuda”. El propósito central es la co-construcción de la relación terapéutica del paciente, idealmente desde el inicio y en el curso de la progresión de la enfermedad, que favorezca las relaciones de intimidad y confiabilidad con el enfermo y su círculo familiar.

Esta co-construcción, aconseja la Psicóloga Cantele debe procurar condiciones para que no se interrumpa el tratamiento. La psico-oncóloga cita al Dr. Gómez Sancho, referente mundial en Cuidados Paliativos, al enfatizar: “Los Cuidados Paliativos son una intervención de atención total y continuada de los pacientes y sus familias por un equipo multiprofesional para la calidad de vida del enfermo: alivio del dolor, necesidades espirituales y cuidados médicos.

La Ps. Cantele también reflexionó sobre su experiencia terapéutica, bajo el paradigma que “la muerte es parte d el vida, y debe procurarse en el proceso terapéutico integral conciliar la preocupación por la vida y la realidad de la muerte”…Psicosocialmente, está en el “inconsciente colectivo” el axioma que el cáncer es sinónimo de muerte. “La intervención médica se orienta a aliviar el dolor y otros síntomas, favorecer la autonomía y calidad de vida del paciente. No obstante, la realidad de la muerte es algo muy real para en enfermo, y sus preguntar suelen ser: ¿Voy a morir?, ¿Cuánto tiempo me queda?, ¿Cómo voy a morir?.

El curso de un cáncer puede gatillar algunos problemas como disfunciones familiares, relación con el equipo, enfrentamiento de signos y síntomas de la enfermedad, psicopatología pre-mórbida.

Por su experiencia en la Comisión de Psico-oncología del Minsal, Cecilia Cantele señala que se definen como Intervenciones Posibles las Psicoterapéuticas y las Psicoeducativas.

En el caso de las primeras, se han de tener en cuenta las aproximaciones al paciente y la familia, clarificación de la información, identificación de recursos disponibles para el paciente y su familia.. En este contexto, el proceso terapéutico tiene algunas etapas, como entrevista de recepción, conocerse, anamnesis, evaluación del diagnóstico y pronóstico, evaluación psicosocial de la familia de referencia y red protectora, evaluación psicológica y planificación del esquema a seguir.

En relación a las intervenciones Psicoeducativas, la Ps. Cantele nombra: visita domiciliaria, intervención en domicilio, taller de familia (si la familia así lo decide), psicoterapia individual y control con el psicólogo, terapia de pareja y eventualmente de duelo.

Destaca también que hay que evaluar y respetar la motivación personal del paciente, el motivo de la consulta, para elaborar la co-construcción del proceso terapéutico, intervenciones sistemáticas en el tiempo, estabilidad en el acompañamiento y evitar lo sentimientos de abandono.

La Infancia y la Vivencia de la Muerte
En su exposición “Infancia: el reino donde nadie muere”, la Psicóloga Daniela Rojas Miranda, especializada en psico-oncología y como terapeuta de jóvenes y niños, entregó una interesante y experiencial visión sobre la incorporación de los niños en el enfrentamiento de la enfermedad y la muerte.

La Ps. Rojas expresa que el cáncer invade a la familia, no sólo al paciente. “La vivencia de la enfermedad en la familia es como un terremoto, que derrumba las seguridades y las estructuras familiares”.

Suele producirse lo que la experta llama “una conspiración del silencio”. En efecto, un estudio de CONAC señala que el 50% de los pacientes desconoce su diagnóstico y su pronóstico”.La familia, aún en conocimiento del diagnóstico, no lo comunica a su paciente.
Esta cultura del silencio no sólo afecta al paciente, sino que a los más vulnerables en la familia, que son los niños.

En la cultura social co-existen diversas significaciones para el cáncer, la muerte y que influyen en los significados que estas realidades tienen para los niños y niñas. Existe, por ejemplo, una frase repetida –“la infancia es la mejor etapa de la vida”-, que no necesariamente refleja la experiencia de la generalidad. Lo concreto es que, según la Ps. Rojas, la conspiración del silencio convierte a los niños en “exiliados de la realidad familiar”

Cuando hay una experiencia de enfermedad y/muerte en la familia, el niño elabora la experiencia proyectada en el tiempo según los datos de la realidad mediatizada por los padres. Suelen generarse miedos a la pérdida de los sobrevivientes de su entorno (padre o madre sobreviviente, hermanos y otros) y por la propia seguridad (miedo a l enfermedad, al abandono emocional, a eventos incontrolables, a eventos sobrenaturales.

El terapeuta tiene la responsabilidad, como parte de un equipo multidisciplinario de asumir al niño como parte de la familia y del entorno del enfermo, enfrentando este “pacto de silencio”.

Para ello, en la intervención terapéutica inclusiva del niño, el psicólogo debe enfrentar la resistencia familiar, desorden y distracción del niño en la terapia, incompetencia por temor a perder el control de la sesión y al desborde emocional, a quedar desacreditados frente los padres, temor del terapeuta a ser percibido como padre sustituto o protector del niño, visión de los adultos como los que pueden generar cambios.

La Ps. Daniela Rojas enfatiza que se debe dar relevancia y validar la vivencia del niño que vive un situación de enfermedad grave como cáncer o muerte en su entorno familiar. En su intervención con el niño, debe rescatarse la expresión y validación emocional del niño, educación respecto del Ca. y tratamiento, otorgar espacio para las preguntar del niño, inclusión en las vivencias y cuidados familiares, preparación para el enfrentamiento de la muerte (sea el niño el paciente o parte del grupo familiar) y terapia de duelo.

La terapia orientada a la infancia en casos de cáncer o inminencia de la muerte debe acompañar para contener sus ansiedades y temores, elaborar las consecuencias de la exclusión del niño y de la ocultación a éste de las vivencias familiares.

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